Las historias que se tejen en torno a los afortunados ganadores de la lotería son tan variadas como sorprendentes. La mayoría de ellos opta por mantener su identidad en el anonimato, especialmente cuando el premio es de grandes proporciones. ¿Qué les sucede a las personas cuando cae sobre ellas una lluvia de millones? A menudo, es una montaña rusa de emociones y decisiones que cambian la vida de manera radical.
Un ejemplo de esto es Steve Thomson, un hombre británico de 46 años que se hizo acreedor de 105 millones de libras en un sorteo del Euromillones en 2019, lo que equivale a la asombrosa suma de 120 millones de euros al cambio. Sin embargo, lo que podría parecer un sueño hecho realidad para muchos, se convirtió en un dilema existencial para Thomson y su familia.
Para comprender su perspectiva, es importante destacar que Steve Thomson era un constructor autónomo antes de su gran victoria en la lotería. Disfrutaba de su vida laboral y de las bromas compartidas con sus compañeros de trabajo. No obstante, tras ganar el premio millonario, su vida dio un giro de 180 grados.
Steve Thomson
En primer lugar, Steve y su esposa, Lenka, decidieron mudarse de su adosado de tres dormitorios, por el cual habían pagado 170.000 euros, a una lujosa propiedad en Kent que abarcaba más de cinco hectáreas de terreno, con piscina y pista de tenis, y que estaba valorada en 5 millones de euros. Sin embargo, la pareja optó por permanecer en su antigua casa junto a sus tres hijos durante un año antes de hacer la mudanza, buscando mantener cierta normalidad en sus vidas.
El constructor multimillonario también realizó actos de generosidad, donando 50.000 libras esterlinas a la escuela de sus hijos, la misma cantidad a un centro médico y el doble a su club de cricket local. Además, sus hijos aprovecharon la oportunidad para solicitar caprichos: su hijo de 10 años deseaba un coche Tesla, mientras que su hija de ocho años anhelaba un iPhone rosa.
Sin embargo, a pesar de todas estas acciones aparentemente positivas y el cambio en su estilo de vida, Steve Thomson no encontró la felicidad. Sus amigos y personas cercanas revelaron que enfrentaba una lucha interna y desafíos personales inesperados. Cuando se enteró de que había ganado la lotería, estaba esperando que lo recogieran para ir a trabajar, como si la rutina de su antigua vida todavía lo persiguiera.
Uno de sus amigos relató de manera anónima al diario ‘The Sun’ las palabras de Thomson en ese momento: «Empecé a temblar mucho. Sabía que era una gran victoria, pero no sabía qué hacer. Fui a mi camioneta, volví a entrar, pensé en llamar a la puerta de un vecino, volví al vehículo, creo que estaba a punto de tener un ataque al corazón». Incluso sus propios padres se negaron a creer que su hijo había ganado el Euromillones.
El caso de Steve Thomson nos recuerda que la fortuna puede ser un arma de doble filo. Si bien nos ofrece oportunidades inimaginables, también puede desencadenar una serie de desafíos y cambios emocionales que pocos están preparados para enfrentar. La historia de este ganador de la lotería es un recordatorio de que la riqueza material no garantiza la felicidad, y que el equilibrio entre la vida pasada y la nueva vida es un desafío que muchos afortunados deben abordar. ¿Qué harías tú si te tocara la lotería? o la nueva lotería eurordreams?